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New Review by Genteventos

[Original article posted
at http://www.genteventos.com/music-in-the-time-of-goya-cronica/]
El concierto de música de cámara organizado a raíz de la exposición ‘Goya: The Portraits’ trasladó a los espectadores a la enigmática música del siglo XVIII.

Goya, pintor y grabador español del Romanticismo, fue el epicentro del concierto de música de cámara que el 27 de Noviembre tuvo lugar en The National Gallery, inspirado por la exposición 'Goya: The Portraits'. Obras del siglo XVIII de artistas como Zoffany, Canaletto, Sir Thomas Lawrence o Ludovico Carracci fueron testigos de como la sala 36 se llenaba por un público deseoso de dejarse llevar por la música y la atmósfera tan mágica que inspira un evento como éste.

Y no defraudó para nada. La entrada de Nina Corti (bailaora y castañuelas), Evva Mizerska (violonchelo), Violeta Barrena (violín), Elena Jáuregui (violín), Cressida Wislocki (viola), Isabel María Martínez (guitarra), Amaia Azcona (soprano), Eduardo Frías (piano) y Helen Glaisher–Hernández (piano y organizadora del evento junto a The Iberian & Latin American Music Society) dio como respuesta un gran aplauso, algo que se repetiría a lo largo de las casi dos horas que duró.

El concierto comenzó con una serie de composiciones de Luigi Boccherini, violonchelista italiano del siglo XVIII, que fueron interpretadas por el grupo de cuerda dejando un buen sabor de boca entre el público. Jáuregui, Wislocki, Mizerska, Barrena y Martínez despuntaron de la mejor forma posible, realizando una profunda introducción del espectáculo.

La pieza del compositor español Jacinto Valledor y la Calle, ‘La cantada vida y muerte del General Mambrú’: ‘Mambrú quedó difunto’ dio la entrada a la excelente soprano Amaia Azcona, quien no hizo más que adelantar el gozo que supone escucharla. La otra entrada en escena fue de Nina Corti, quien, vestida de gitana, dejó a todos sorprendidos por su forma de expresar el flamenco mediante el uso de las castañuelas.

La pianista Helen Glaisher–Hernández acompañó a Azcona en su interpretación de ‘Songs of Various Nationalities’ del gran Ludwig van Beethoven, que incluía ‘Bolero’, ‘Tiranilla española’ y ‘Canción’. Destaca el precioso eco que facilitó Glaisher–Hernández en ‘Tiranilla española’. Tras esto, la pianista presentó a su compañero Eduardo Frías, interpretando juntos algunas piezas para darle luego a él el protagonismo absoluto. Con gran calidez, Frías tocó piezas de Domenico Scarlatti, Antonio Soler y Ludwig van Beethoven. Sus notas, pasando de un comienzo lúgubre a un ritmo animado, transmitían la mejor sensación de bienestar posible.

Tras estas diversas maravillas de la música clásica y a mitad del acto, uno no espera que pueda ir a mejor pues se llega a plantear como algo imposible. Pero aún quedaba más para deleitar a un público que, embelesado, aplaudía con sentimiento a final de cada partitura.

Las piezas de Enrique Granados, pianista español, fueron inspiradas por los cartones para tapices de Goya, realizando así una enorme conexión. Dicha conexión fue transmitida por Azcona y Glaisher–Hernández, a las que se les unió de nuevo Corti, esta vez acompañada de un abanico. Así, Corti, con una gran exquisitez, supo encandilar, mientras, de fondo, Azcona y Glaisher–Hernández envolvían al público en una atmósfera histórica inmejorable.

Uno de los momentos más singulares y aplaudidos ocurrió con ‘La maja de Goya’, dentro de ‘Goyescas’, también de Granados. Azcona contó una preciosa historia sobre Goya, mientras la guitarra de Martínez le acompañaba y le daba un toque increíblemente extraordinario. Al finalizar la historia, Azcona comenzó a cantar, prologándose así el acompañamiento. Esta combinación de narrativa y canto sorprendió gratamente al público, que mostró rápidamente su agrado.

Casi al final, todos los integrantes interpretaron ‘Bolero’ de Maurice Ravel, resaltando el magnífico trabajo grupal que fue transmitido al público. Así, al finalizar la partitura, se puso en pie todo el público en un extenso aplauso. Se tuvo que recordar que aún quedaba una pieza más por interpretar.

Para finalizar y, despidiéndose con Boccherini al igual que habían comenzado, se optó por ‘Fandango’, dando (aún más si cabe) todo lo mejor de cada uno de los integrantes. Esta composición puso el broche de oro a un concierto sencillamente fascinante, finalizando (esta vez en el momento correcto) con toda la audiencia de pie y visiblemente emocionada.

En resumen, si hay una palabra para definir este acto es “único”, pues pocas veces se puede presenciar tal belleza de música mientras te encuentras rodeado de otra belleza como es la pintura. Desde Genteventos os animamos a que visitéis la magnífica exposición que ha inspirado este concierto.'

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